Del jazmín a la biznaga
Durante mi reciente estancia en Málaga, la capital de la Costa del Sol, me he encontrado una y otra vez con un motivo floral: la biznaga. Es uno de los símbolos característicos de la ciudad y su nombre significa «regalo de Dios» en árabe.
La biznaga no es una flor, sino una composición floral de jazmín real y de nerdo, un cardo común que una vez seco sirve de soporte para los jazmines. El cardo se recolecta, se le quitan sus flores y las finas ramas al final del tallo sirven para insertar los jazmines cerrados. Al llegar la noche, las flores de jazmín se abren y forman una preciosa corola aromática.
Además de su blanca belleza e intenso olor a jazmín, la biznaga se utilizaba en otros tiempos para ahuyentar a los insectos, repelidos precisamente por sus aromas volátiles.
Monumento al biznaguero
En los cálidos veranos de Málaga, los biznagueros se dan cita en la céntrica Calle Larios o en los alrededores de la Catedral para vender sus ramilletes olorosos. Una escultura de bronce realizada en 1968 por el malagueño Jaime Fernández Pimentel rinde homenaje a este oficio artesano en los cuidados Jardines de Pedro Luis Alonso, junto al Ayuntamiento.
En ella se aprecia la vestimenta típica del biznaguero: pantalón, camisa blanca, fajín, generalmente rojo, y chaleco. A menudo los biznagueros llevan las biznagas clavadas en una penca o chumbera a la que se han quitado las espinas.
La biznaga por las calles de Málaga
Paseando por las calles y barrios de Málaga, la biznaga aparece aquí y allá. Está en las tiendas de souvenirs. Las joyerías y bisuterías del centro histórico, rodeadas de comercios de trajes típicos y objetos cofrades, muestran en sus escaparates anillos, pendientes o alfileres con forma de biznaga.
En el Soho de Málaga, un barrio de cultura alternativa, me encontré con un mural que representaba a dos de los símbolos de la ciudad: la Alcazaba, encaramada en un alto, con dos biznagas blancas en primer plano.
En la Plaza de la Judería hay una otra serie de murales de arte urbano. En varios de ellos aparece de nuevo la biznaga, junto a otro de los grandes mitos malagueños, el genio de Pablo Ruiz Picasso.
Y no hay que olvidar el Festival de Cine de Málaga, que se celebra cada año desde 1998. Tan representativos de la ciudad son estos olorosos ramilletes blancos que el máximo premio es la Biznaga de Oro. El Cine Albéniz, una de las sedes del festival, también cuenta en su fachada con una biznaga blanca en relieve, símbolo del evento cinematográfico.
La biznaga es además protagonista de canciones y poemas, como ocurre en este fragmento de «Niño del 40», del periodista y poeta malagueño Manuel Alcántara (1928-2019).
"Palomas. Y biznagas que han querido serlo para volar. También lo entiendo: ser otro y ser lo que estuvimos siendo. Acaso alguna lo haya conseguido."
Lo cierto es que la biznaga es un símbolo muy bonito de Málaga y de la Costa del Sol. Condensa la blancura, la luz, la herencia árabe y las flores del sur. Un precioso recuerdo para llevarse de vuelta a casa.
Málaga 📍Costa del Sol, Málaga