Una pequeña joya del barroco madrileño
¡Tenía tantas ganas de conocerla! Es una pequeña gran joya oculta en el entramado de calles del barrio de Malasaña de Madrid. Se trata de la iglesia de San Antonio de los Alemanes, un templo barroco que asombra por su profusa decoración interior.
Desde la Gran Vía, basta con tomar la calle Tudescos, frente al mítico Cine Capitol, y caminar 5 minutos en línea recta hasta llegar al chaflán de la Corredera Baja de San Pablo con la Calle de la Palma. Es ahí donde se encuentra esta asombrosa iglesia, uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura barroca madrileña.
Un exterior sobrio y un interior excepcional
La iglesia de San Antonio de los Alemanes, tal y como la conocemos ahora, fue edificada en la primera mitad del siglo XVII, entre 1624 y 1633, bajo el reinado de Felipe IV. Su diseño es obra del hermano jesuita Pedro Sánchez, si bien fue el arquitecto Francisco Seseña quien dirigió las obras ayudado por Juan Gómez de Mora.
Está construida sobre una planta oval, algo muy poco frecuente en las iglesias españolas. Su exterior de ladrillo y yeso, con un picudo remate de estilo herreriano, fue restaurado en 1887 y es de aspecto sobrio y poco llamativo. La puerta de entrada está rematada por una estatua de San Antonio de Padua con un niño en brazos, obra del escultor portugués Manuel Pereira.
Pero todo cambia al traspasar el umbral y penetrar en el interior de la iglesia. De repente, las pinturas y los frescos se tornan en protagonistas absolutos, recubriendo de arriba a abajo las paredes y llenando la cúpula de imágenes de gran belleza y colorido. El conjunto es realmente espectacular y fascina desde el primer instante.
Una cúpula trampantojo
La iglesia está compuesta por una única nave, sin columnas ni intersecciones. Hay que situarse en el centro de la misma y levantar la mirada para encontrarse de lleno con la espectacular cúpula que corona el interior del templo. En ella trabajó Francisco Ricci, ó Rizi, encargándose de los elementos arquitectónicos y decorativos. Ricci fue pintor de Su Majestad el rey Felipe IV y director de las representaciones que se organizaban en el teatro del Palacio del Buen Retiro en Madrid.
De las pinturas en trampantojo de la cúpula se hizo cargo Juan Carreño de Miranda, que sería pintor de cámara de Carlos II y colaborador habitual de Ricci. Sobre ellas haría algunos retoques años más tarde el napolitano afincado en Madrid, Luca Giordano, autor también de los frescos del Casón del Buen Retiro de Madrid.
En lo más alto de la iglesia, como si del cielo se tratara, aparece pintado San Antonio junto al Niño. El santo se apoya en una nube sujeta por ángeles alados y regordetes. Un haz de luz divina cae sobre su cabeza. La Virgen y otros personajes celestiales habitan ese universo de gloria pintado en colores suaves.
La cúpula es un prodigio de ilusiones ópticas. En un plano inferior aparecen hornacinas ficticias, pintadas en trampantojo. Están sujetas por columnas salomónicas, que ideó Giordano para sustituir a las originales de aspecto más sencillo. Dentro de las hornacinas se encuentran diferentes santos, vírgenes y mártires. En plena época de la Contrarreforma, la iglesia católica reivindicaba con arte esplendoroso sus dogmas y sus creencias frente a la doctrina protestante.
Los frescos y pinturas de Luca Giordano
Las paredes de la nave ovalada están cubiertas de abajo a arriba por las fabulosas pinturas al fresco de Luca Giordano, que había sido discípulo de José de Ribera en Nápoles. Pintor rápido y prolífico, Giordano no escatimó para la ornamentación de Iglesia de los Alemanes en esplendor y majestuosidad, siguiendo las instrucciones contrarreformistas del arzobispo de Milán, San Carlos Borromeo.
Una primera franja de pinturas está compuesta por paneles dedicados a los reyes y reinas que lucharon contra la herejía. Están representados San Emerico de Hungría, San Luis Rey de Francia, San Enrique II del Sacro Imperio Germánico y su esposa Cunegunda, Santa Ediva de Wilton, San Fernando Rey de España, padre de Alfonso X El Sabio y San Hermenegildo, patrón de la monarquía.
En cada pintura, Giordano introdujo símbolos que destacaban atributos diferenciales del catolicismo, como el valor de las reliquias o el origen del Espíritu Santo como descendiente no sólo del Padre sino también del Hijo.
En un nivel superior de las paredes se despliegan las pinturas que hacen alusión a diferentes milagros realizados por San Antonio. Un asno que cree en la Eucaristía, la predicación en Rimini ante los animales marinos, un niño recién nacido que señala a un hombre identificándolo como su padre o un difunto señalando a su asesino, son algunos de los hechos asombrosos de la vida del santo representados por Giordano.
En la porción superior de las paredes aparecen ángeles que vuelan sostenidos por sus alas dando una gran sensación de movimiento al conjunto. Llevan en sus manos un tapiz fino y alargado que sujetan entre todos y que da la vuelta al óvalo de la nave de la iglesia. Junto a los ángeles aparecen alegorías de las virtudes. Además de los frescos, hay en la iglesia varias pinturas al óleo de Giordano.
El altar mayor y otros elementos
El altar mayor neoclásico fue realizado a mediados del siglo XVIII por el arquitecto Miguel Fernández. Hay delante de él una talla de San Antonio de Padua, también obra del portugués Manuel Pereira. Está rematado por un ángel que sujeta un escudo de España.
La iglesia está profusamente adornada. Llaman la atención elementos como los confesionarios de madera de color verde y dorado, tan distintos de los que solemos ver habitualmente. Son los originales que se conservan desde el siglo XVII.
La cripta
En la pequeña cripta de la iglesia descansan los restos de varias sepulturas que fueron trasladadas a San Antonio de los Alemanes en 1869, cuando el Convento de Santo Domingo el Real, en el que se hallaban, fue demolido. Entre ellas están las de dos infantas de Castilla. Son Berenguela, hija de Alfonso X El Sabio y de Violante de Aragón, y la niña Constanza, nacida del matrimonio entre Fernando IV de Castilla y Constanza de Portugal.
Hay también en la cripta una escultura que representa al padre Pedro Poveda (1874-1936), muy vinculado a la Iglesia de San Antonio de los Alemanes y gran luchador por el acceso de las mujeres a la educación. Murió fusilado en Madrid pocos días después del inicio de la Guerra Civil.
De los portugueses a los alemanes
La iglesia siempre estuvo dedicada a San Antonio de Padua, santo portugués. Tras su construcción, se la conoció como San Antonio de los Portugueses. En efecto, como iglesia y hospital, daba cobijo y comida a la población lusa, en una época histórica en que España y Portugal estaban gobernadas por un mismo rey. Sin embargo, la unión entre ambos países se rompió en 1640 y los portugueses dejaron de ser huéspedes de la iglesia.
Fue la reina Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV, quien años más tarde, en 1668, cedió la iglesia a la comunidad de católicos alemanes. Estos llegarían a la Corte española como séquito de Mariana de Neoburgo, la segunda esposa de su hijo Carlos II. El templo empezó a conocerse desde entonces y hasta nuestros días como San Antonio de los Alemanes. El retrato de Mariana de Austria se encuentra sobre la puerta principal de acceso al templo, junto al órgano que data de 1923.
La Hermandad del Refugio
A principios del siglo XVIII, la iglesia pasó por orden de Felipe V a manos de la Hermandad del Refugio. Su nombre completo es en realidad la Santa, Pontificia y Real Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid y ha estado dedicada a la ayuda de los más necesitados desde 1615 hasta la actualidad bajo los auspicios de los sucesivos Reyes de España.
Con el compromiso de atender a los necesitados de Madrid, los miembros de la comunidad salían a las calles para ofrecer agua, pan blanco y un huevo. Para asegurarse de que el huevo era alimenticio y de tamaño suficiente utilizaban una medida de madera. Si el huevo pasaba a través de la medida se consideraba demasiado pequeño para el prestigio y el servicio de la institución benéfica, de ahí la frase de la Hermandad «Si pasa, no pasa».
¿Conocías la Iglesia de San Antonio de los Alemanes? No dejes de visitarla si vives en Madrid o en tu próxima visita a la ciudad. Es una iglesia singular en pleno centro de la ciudad, un espectacular templo barroco que no te dejará indiferente.
[Saber más]:
❑ San Antonio fue un santo portugués nacido en Lisboa. Su nombre de nacimiento era Fernando. Se le conoce como San Antonio de Padua ya que murió en esta ciudad italiana. A menudo se añadía a los santos el nombre del lugar donde dejaban la vida terrenal para alcanzar la verdadera vida, la vida divina y eterna.
Iglesia de San Antonio de los Alemanes 📍C. de la Puebla, 22, 28004 Madrid 📞 +34915223774 🕑 L-S: 10:30 a 14:00. 🎟 Donativo de 2 € Ⓜ️ Metro: Gran Vía (L1, L5), Callao (L3, L5), Santo Domigo (L2) 🚍 Bus: 1, 2, 44, 46, 74, 75, 133, 147, 148 👉 Te puede interesar: Free tour por Madrid